“Las madres secretas”, Mónica Crespo

Adriana Santa Cruz
Leedor
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4 min readDec 19, 2023

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Las madres secretas aborda el tema de la maternidad partiendo desde los distintos mandatos sociales que parecieran definir ese rol tan complejo. De ahí la palabra “secretas” en el título, ya que hay un cuestionamiento de esos mandatos y una puesta en evidencia de lo que no se suele decir, una especie de “lado B” del vínculo madre/hijo/hija, pero también de otro no menos complejo: madre/padre.

La maternidad es abordada en su más amplia acepción: humana, animal y vegetal. En “Gamunia”, una leona lame a su presa, un ciervo, “en ese límite frágil entre el amor, la obsesión y el hambre”. En “Cadena de ave”, una mujer-ave recibe el mandato materno de no usar las alas, pero encuentra en el dar a luz su lugar en el mundo: “Me hundí en mí misma, tranquila y bullente, en la penumbra, en ese estado extraordinario, con otro cuerpo que esperaba palpitante entre mis piernas”. En “Mujeres hombres enredaderas”, lo vegetal y lo humano se entrelazan y se funden.

En otros cuentos, las madres sienten el peso de un rol que las atan a sus hijos y a su casa. En “La caja de Pandora”, una pianista deja su carrera cuando tiene mellizos y le resulta muy difícil encontrar el momento de retomarla, porque “la culpa va anidando como el moho, comienza en una esquina y se extiende lenta, imperceptiblemente. Y un día, no puedes moverte”. En “El baño”, la protagonista es una escritora que ve a sus hijos como bichos: “A cual, peor. Ya sé que no debo pensar esto, pero hay días que los llevaría yo misma a la piscina y les daría el último baño”. En “Nómadas”, el mandato de seguir al marido también termina sintiéndose como una carga.

“El instinto” cuestiona, precisamente, ese “don” natural que deberíamos poseer todas las mujeres: “Yo algún día sería una de ellas y estaría del otro lado, del lado de las buenas madres en formación, cochecito junto a cochecito, cerrando filas frente a la nueva aún insegura”. Sin embargo, el instinto no es tal y, en cambio, el amor se transforma en “una pesada carga, un mandato que condena, un dolor sangrante y áspero”, y la hija semeja un lobo que persigue a su presa.

¿Qué pasa con la abnegación y el sacrificio materno? Es obvio que están puestos en tela de juicio. En “Gemelos”, el tema del doble da origen a un juego siniestro. En “No expliques tu vida a nadie”, aparece el abandono, que además está en el mencionado “El baño”. Tampoco faltan las madres entregadoras (“La ofrenda”) o la maternidad usurpada (“La limpiadora”).

En todas estas mujeres habitan una serie de sentimientos encontrados, y no siempre son los que supuestamente deberían sentir. En “Diana: madre subrogada”, la protagonista no encuentra cómo querer a su hija que nació en el vientre de otra y la ve como una extraña.

Así como tenemos el punto de vista materno, también está el de las hijas que sufrieron abandono o que asumen de grandes lo que vivieron en su infancia, como ocurre en “El granero”. O son esas hijas que reniegan de la maternidad y sobre quienes pesa la soledad en una vejez angustiante (“Madre experta”).

El libro, además, le da un espacio al embarazo masculino en “Las gestantes”, pero siempre visto desde el lado femenino, como pasa en todos los cuentos, donde los hombres acompañan como pueden, o son quienes actualizan los mandatos, o ignoran las necesidades de sus mujeres, o son aliados de las suegras sin comprender lo que realmente pasa en la mente y en los sentimientos de sus compañeras.

Como vemos, la maternidad pierde toda su romantización, pero lo destacable es la manera como Mónica Crespo elige contarlo: con humor, con ironía, con crueldad, pero también por medio de metáforas, de símbolos y de reminiscencias míticas, por ejemplo, a través de las metamorfosis. Nada es literal, porque cada historia nos está hablando de temas como la libertad, la angustia, el miedo, el amor. Hay, además, un tratamiento fantástico en algunos cuentos, donde se filtra lo siniestro freudiano, en tanto irrupción de lo extraño dentro de lo cotidiano.

Las madres secretas es un libro que nos deja pensando, pero sobre todo es un libro muy bien escrito que se disfruta en tanto buena literatura.

Mónica Crespo, Las madres secretas, Dualidad, 2022, 192 págs.

Mónica Crespo nació en el País Vasco, es licenciada en Sociología, cursó estudios de doctorado y obtuvo una beca predoctoral del Gobierno Vasco, con la que realizó una estancia de Investigación en el Instituto de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Buenos Aires. Es profesora en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) e imparte talleres de escritura creativa desde el año 2000. Se formó en numerosos talleres en Buenos Aires, Madrid, Barcelona, en la Scuola Holden de Alessandro Baricco, con la beca europea de escritura My migrant story, y ha participado en congresos pedagógicos de escritura creativa en Turín, Finlandia y Praga organizados por la European Association of Creative Writing Programmes. Las madres secretas es su primer libro de cuentos y quedó finalista en la edición de 2018 del Premio Setenil de relatos y en la 40 edición del Premio Internacional Tigre Juan, también en ese año.

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Adriana Santa Cruz
Leedor

Profesora y Licenciada en Letras, redactora y gestora cultural